lunes, 5 de marzo de 2012

Vigésimo Quinto Capitulo: amor con asentó Hindi



Después de mucho tiempo de posponer, finalmente el día llego. El viernes 11 de marzo, Thiago y Shanti, salieron a cenar  a un restaurante muy fino.
La noche esta preciosa. Única para los dos. Ella se había arreglado con su estilo bien Hindi, que denotaban siempre sus preciosos ojos verdes.
El estaba encandilado. Como embobado. Desde ya que el no se quedo atrás. Se había puesto su mejor perfume. La sorpresa fue para ella, que el se vistió también de modo Hindi. Sin duda alguna, logro su meta.
Pidieron de cenar algo tranquilo, liviano. Ninguno de los dos tomaba alcohol, solo gaseosa o agua.
No sabia como empezar, se trababa, ella en tono cómico le decía: -vamos no des tantas vueltas jajaja-
Luego de reírse un buen rato, se termino confesando. Abrió su corazón, y le dijo, lo que ella esperaba oír: Shanti, hace ya medio año que te conozco, y en todo este tiempo, en mi corazón no hay otra mujer que no seas vos, en este ultimo tiempo lo eh comprobado, y es que estoy enamorado profundamente de vos-
Ella estaba conmovida, como obnubilada. Le tomo su mano, y le dijo: Thiago, la distancia nos separo durante meses, en un principio me costo reconocerlo, es que nunca había vivido esto, es nuevo todo para mi. Jamás en mi vida pensé, que me sentiría tan atraída a un Firangi (extranjero), pero es innegable, y como te dije, lo comprobé estando tan lejos, y ahora que compartimos este tiempo, te digo Thiago estoy perdidamente enamorada de vos-
Ambos se tomaron las manos, se miraron fijos. En medio del silencio, y en el idioma de sus ojos reflejándose el uno en el otro, entendían mucho más que con palabras y gestos.
Ya era tarde, debía llevarla a lo de Don Mario. En el camino, hablaban sobre que pasaría de aquí en adelante. Ella le dijo, que dudaba que su madre aceptara su relación. Últimamente, estaba muy aferrada a las costumbres y tradiciones, además siempre le decía que ella debía casarse pronto con un hombre adinerado y de Casta alta, obviamente un Hindi y no un Firangi (extranjero).
El le decía que no pensara en eso ahora, que el tiempo diría que pasaría, pero que sin duda, de algún modo su amor perduraría.
Se despidieron con un fuerte abrazo, y un apretón de manos.
Después de esa velada, los tres amigos que habían venido de India, pudieron acomodar por fin sus papeles, y se quedarían por lo menos hasta Julio en España.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario