jueves, 27 de octubre de 2011

Séptimo capitulo: India a todo color Parte I


India era un lugar extrañísimo, jamás había estado en un sitio tan maravilloso.
Camino al congreso, ya instalado en la capital, veía toda la realidad social que asolaba esa nación, por un lado, India se estaba convirtiendo en una gran potencia mundial, pero por otro lado la desigualdad y la discriminación que había en la sociedad era enorme.
De un lado veía a los intocables (dalits) que hacían todas las tareas más denigrantes e insalubres que ningún humano haría, luego la gente de las castas marginándolos, tratándolos como cosas. Una cultura tan distinta, tan peculiar, pero también muy maravillosa, su música, sus vestimentas, su arte, sin quererlo India encandilo el alma curiosa del joven.
El congreso había estado fabuloso, pero lo más hermoso del viaje, para el joven fue haber conocido en carne propia esa tierra tan encantadora.
Cuando ya estaba a punto de volver, lo invitaron a quedarse un día más, lo habían invitado a una fiesta tradicional de allí. No lo pensó dos veces, se quedaría dos días más allí. Algo le decía que no debía irse sin ir antes a esa fiesta.
El sitio donde se celebraba la fiesta era en una mansión bellísima y típica de India, la decoración era preciosa, la música endulzaba los oídos de quien pasara por allí.
Muchas personas celebrando, comiendo, hablando, hasta que empezó el momento del baile donde todos bailaban en unanimidad, era un gran espectáculo, la danza Hindi era muy peculiar como toda su cultura en si.
Lo que sorprendía a Thiago era la gran cantidad de extranjeros como el que iban llegando de a poco al salón principal donde se encontraba el epicentro de la fiesta.
Un hombre se le acerco, diciéndole que si el quería podía vestirse con el traje típico de esas fiestas. Dijo que si sin basilar. Fue a una habitación a cambiar sus ropas occidentales para ponerse el bellísimo traje de fiesta Hindi.
Descendiendo por la escalera, entre la multitud, le pareció ver un rostro conocido en una joven que tenia el rostro semioculto por un velo.
Decidió omitir ese presentimiento, y unirse a la gran danza que se estaba luciendo en el salón.
Todo era alegría, diversión, sonrisas, música hindi inundando el lugar con su encanto único. Las personas realmente gozaban del momento, sin importar cuan bien o mal danzaba cada uno.
El joven realmente disfrutaba de ese ágape tan bello. Luego sin quererlo se topo nuevamente con esos ojos que sabia que conocía cuando los tuvo enfrente... su mirada profunda, esos ojos verdes tan luminosos. Solo una persona se le venia a la mente, pero no podía ser, como se iba a encontrar con ella allí, en la otra punta del mundo.
 Cuando la joven se percato intento esfumarse entre la multitud, pero el decidió seguirla con paso firme.
Aunque quiso huir no pudo la multitud la empujo a seguir danzando, la fiesta estaba en su mejor momento.
 Tuvieron que danzar los dos al son del ritmo Indio.
La música parecía no acabar más, Thiago y la joven seguían danzando juntos en compañía de toda la gente que estaba muy eufórica. Cuando todo parecía calmarse, la joven aprovechaba para irse, pero el no se quedo atrás, la seguía a paso presuroso.
Cuando por fin pudieron estar frente a frente, en un sitio donde ella no podía escapar, sus sospechas se desvanecieron. No era quien el creía que era. La joven le dijo que no lo conocía que por favor la deje ir, el le pidió disculpas.
La joven se fue como desesperada, mientras nuevamente la desilusión inundaba el corazón de Thiago.

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