martes, 1 de noviembre de 2011

Décimo capitulo: un gran susto


Su padre estaba mal. Estaba internado, lo intervendrían quirúrgicamente. Magda le rogaba a su hijo que viajara de urgencia, no sabrían que iba a ocurrir con don Giovanni. Aparentemente tendría problemas en sus intestinos.
Estaba consternado. Sentía que su corazón se comprimía. Ante esta situación y al oír la magnitud del asunto, enseguida sus amigos le reservaron el primer vuelo a escocia. Trataron de contener a su amigo, que estaba tan shokeado que siquiera una lagrima derramo. Se empeñaba en tratar de entender por que ocurría esto, cuanta más lógica le buscaba al asunto menos claro tenia el panorama, cuanto mas quería usar su razonamiento mas este lo traicionaba, y esto realmente lo asolaba.
Ya era martes por la noche, el vuelo ya salía, Pablo lo acompaño pues Luca tenia que cubrir a su amigo que ya se ausentaría por el resto de lo que quedaba del año.
Lo abrazo muy fuerte, citándole un versículo de la biblia le dijo: - a los que AMAN a Dios todas las cosas les ayudan a bien-; tratándole de decir a Thiago, que ya no se esfuerce en buscarle lógicas a lo que no la tiene, que si estas cosas pasaban tenían un porque que supera la finites  del hombre, que va en lo trascendental e infinito que es Dios y su soberanía.
Un poco mejor, se despiden, y a las 20:00 del martes 30 de noviembre de 2010, salía el avión de Madrid a Edimburgo.
Llego en las primeras horas el primero de diciembre, con un clima helado, donde las grandes nevadas invernales invadían la gélida Edimburgo. Unas horas después llego al hospital donde su padre estaba internado. Primeramente vio a tío Francesco, que estaba en el pasillo con tía Ana, su encuentro fue muy fuerte. Ana se quebró, lloraba en los brazos de su sobrino nieto. Francesco luego tomo a su esposa y le indico con señas a su sobrino que entrara al cuarto, donde estaban sus padres.
Allí estaban Magda y Giovanni.  Ella cubrió a su hijo, le susurro al oído que lo extrañaba mucho, que por favor se quedara con ellos. Luego de estar abrazado con su madre, se dirigió a su padre que estaba en la camilla. Estaba  frágil, con la vos quebrada, pero con su humor de siempre. Thiago le decía a su padre que ya todo iba a pasar y que todo seria un mal momento. Don Giovanni, era un hombre grande ya, con toda una vida llena de muchas emociones y vivencias fuertes, durante muchos años fue inmigrante cuando con su familia de niño habían marchado hacia America del sur huyendo de conflictos familiares por herencias y tierras. Con su familia se tuvieron que amoldar a una sociedad que les abría las puertas y les daba todo, pero el desarraigo por su tierra natal, sus amigos y mas allegados no fue fácil. Muchos años pasaron hasta que en un viaje a la capital escocesa conoció a magdalena que provenía de una familia judía totalmente distinta a la suya. Luego don Giovanni tuvo que afrontar muchas crisis económicas, quiebres y la traición de sus mejores amigos, Luis y Manuel, quienes casi lo dejaron en la ruina. Pero, lo que el remarcaba a su hijo, es que en los peores momentos era cuando mas el amor lo unía a su esposa, cuando se hacían uno y le hacían frente a la vida que les daba la espalda. Que pese a las distintas adversidades Dios siempre estuvo con ellos, conteniéndoles y dándoles lo necesario (y aun mas) para continuar con la lucha.
En medio de la charla que estaba teniendo, entra la hermana al cuarto, Sofía, era la segunda más grande de los 4 hermanos, Thiago era el menor.
Sofi, le dijo Thiago al reencontrarse con su hermana. Hacia tiempo que no se veian. Se abrazaron, y se hablaban al oído, mostrando su amor fraterno.
Ella le contaba a su hermano menor, que Victoria, la mayor de los cuatro, llegaría mas tarde y que el tercero de los hermanos, los mas probable era que llegara por la noche.
Las horas transcurrieron, para sorpresa de ambos, Victoria llego con su esposo, Xoan. Ya estaba la habitación desbordada de personas, Thiago estuvo unos minutos con su hermana mayor y su cuñado, y luego partió a su casa junto con su madre. Debían descansar unas horas. El día realmente había sido desgastaste.

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