A la mañana del 10 de Enero, alguien toca la puerta. Como nadie atendía, el se dirigió a la misma. Pregunto, ¿quien es? Una voz ronca le decía: correo de
No había nadie, era extraño, salio mas afuera, pese al gran frío que hacia. Risas se oían a lo lejos. Miro de modo desconfiado, eran Luca y Pablo. Sus grandes amigos. Mientras se reía de la alegría por esta visita inesperada, los empezó a perseguir con bolas de nieve por el lugar. Estaba muy contento.
Los hizo pasar a la casa, y les pregunto que los traía por hay. Ellos le comentaron que habían hablado ya con Magda para ir y llegar de sorpresa (en especial por Thiago desde ya). Se iban a quedar con el hasta febrero para volver los 3 juntos a Madrid.
Todo ese día la pasaron bromeando, fue un momento de gran alegría, después de todo fue un gran sopesa para Thiago. Magda se había quedado sin mercadería para hacer una comida especial por la llegada de los invitados. Se miraron entre ellos, y decidieron salir ellos mismos a comprar lo que faltaba para la cena, querían tener una salida de amigos que hacia rato no tenían. Iban caminando pues el centro quedaba a solo unas cuadras de su hogar.
Hablaron de todo un poco, de la universidad, de lo que estaban estudiando, de los rectores y decanos, etc.
Thiago les comentaba sobre el evento desafortunado con su hermano en el día de año viejo.
Obviamente el tema de Shanti no estuvo ausente de su charla. A todo esto Pablo le recordaba a Thiago que la causa por las personas en banca rota y/o pésimo estado económico, se torno mas pesado, que ahora no le podía decir, que le diría en España.
Esto intrigo mucho al joven, que insistió para que se lo contara, pero Pablo no cedió.
Ya por fin compraron las cosas que faltaban y regresaban de modo rápido a la casa, pues se había largado una gran nevada.
Los días trascurrieron con mucha naturalidad, y fluidez. El 12 de Enero, recordaban que se cumplía un año de la tragedia de Haití, y días mas tarde de la otra tragedia, pero en Chile.
Se sorprendían al ver lo que ocurría en Brasil y Australia, las fuertes inundaciones, y las trágicas muertes. El hermano de Pablo, Santiago, había ido a Brasil con un grupo de jóvenes para ser voluntarios, y colaborar con las poblaciones afectadas de Río de Janeiro.
Desde Escocia, sin mucho por poder hacer, Pablo oraba y ayunaba por las personas afectadas, el tenia un corazón muy atento a la necesidad del otro. Thiago admiraba mucho a su amigo. Admiraba su intima y profunda relación con Dios. El quería vivir y sentir lo mismo que su amigo, y se preguntaba porque no podía, que era quizá lo que le impedía.
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